La articulación temporomandibular (ATM) une funcionalmente la cabeza y el cuello y está asociada a la masticación, deglución y fonación. Las disfunciones en la ATM (también llamadas disfunciones cráneo-mandibulares) suelen provocar dolores de cabeza y afecta no sólo a la articulación, sino también a la región del cráneo, del cuello, oídos y dientes.

El Bruxismo abarca tal cantidad de parámetros en sus consecuencias que no sólo se puede tratar por una especialidad. Los síntomas pueden ser de lo más variado: problemas de movilidad y dolor al abrir/cerrar la boca, dolor de oído, de cabeza, cuero cabelludo o cervicales, dolor de mandíbula permanente, al levantarse o hacer una actividad que implique la ATM (comer, bostezar, hablar), insomnio, tensión y ansiedad, ruidos al abrir y cerrar la boca (clics, crepitaciones o chasquidos), etc.

Hay un componente psicológico desencadenante, que normalmente tiene que ver con estrés y ansiedad, pero a nivel dentario es prioritario que un odontólogo ponga freno a las repercusiones del Bruxismo. Y a nivel estructural, es fundamental el tratamiento manual (ya sea con fisioterapia o con osteopatía) que veremos de forma detallada más adelante.

A veces es complicado separar las causas de los efectos del Bruxismo para hacer una buena diagnosis. Hay que descartar otros trastornos que pueden causar dolor mandibular, cefaleas, alteraciones en la ATM, etc.

Tipos de bruxismo

Hay variedad, pero nos vamos a centrar en los más habituales teniendo en cuenta que puede ser de apretamiento o de frotamiento (se rechina los dientes):

  • Bruxismo diurno: es consciente.
  • Bruxismo nocturno: durante el sueño y al despertar hay cansancio.
  • O puede ser continuo: se bruxa constantemente, día y noche.

Síntomas del bruxismo

En general, el paciente puede presentar una gran variedad de síntomas:

  • Problemas de movilidad y dolor al abrir/cerrar la boca.
  • Dolor de oído, de cabeza, cuero cabelludo o cervicales.
  • Dolor de mandíbula permanente, al levantarse o hacer una actividad que implique la ATM (comer, bostezar, hablar).
  • Sensibilidad dentaria a las cosas frías, calientes o dulces.
  • Insomnio.
  • Tensión y ansiedad.
  • Ruidos al abrir y cerrar la boca (clics, crepitaciones o chasquidos).
  • Mal sabor de boca al levantarse por las mañanas y encías sangrantes.
  • Problemas en los oídos: taponamiento, acúfenos, vértigos, sensación de mareo.
  • Dolor o dificultad en la deglución.
  • Limitación de los movimientos del cuello.

El Bruxismo abarca tal cantidad de parámetros en sus consecuencias que no sólo se puede tratar por una especialidad.

Hay un componente psicológico desencadenante, que normalmente tiene que ver con estrés y ansiedad, pero a nivel dentario es prioritario que un odontólogo ponga freno a las repercusiones del Bruxismo. Y a nivel estructural, es fundamental el tratamiento manual (ya sea con fisioterapia o con osteopatía) que veremos de forma detallada más adelante.

Causas del bruxismo

Los problemas odontológicos, como malas oclusiones y mordidas, no son la única causa. De hecho muchas personas con disfunciones de este tipo, no bruxan. Y las que lo tienen, al corregir el problema, no dejan de bruxar. La tendencia actual es buscar el origen en un elevado nivel de estrés emocional. Las personas que tienen esta patología suelen presentar altos niveles de ansiedad. También es cierto que las molestias que provoca el Bruxismo generan alteraciones en el sueño y emocionales, sobre todo debido al dolor. Pero por otro lado, no todo el mundo con estrés genera los síntomas del Bruxismo.

Hay factores que pueden contribuir a la aparición, al margen del plano psicológico:

  • Hábitos de sueño o trastornos del sueño.
  • Mala alineación de los dientes o falta de piezas.
  • Mala postura laboral.
  • La alimentación.
  • Malas oclusiones.
  • Alteraciones maxilares o mandibulares.
  • Sobrecarga física.
  • Medicamentos.
  • Ingesta de sustancias como el alcohol o drogas.
  • Ciertas enfermedades y problemas articulares como la artrosis o artritis.
  • Traumatismos en la ATM.
  • Hábitos nerviosos y/o tics (morderse las uñas, el labio, cerrar fuerte la boca, etc.).

A veces es complicado separar las causas de los efectos del Bruxismo para hacer una buena diagnosis. Hay que descartar otros trastornos que pueden causar dolor mandibular o cefaleas.

Tratamiento del bruxismo

Una vez descartadas otras causas, el tratamiento del Bruxismo debe ser multidisciplinar (odontólogos y psicólogos) y es fundamental el trabajo manual para tratar el dolor, las alteraciones neuromusculares en la mandíbula y sus mordida, las disfunciones musculo-esqueléticas de cabeza, cervicales y espalda, etc.

Los objetivos son reducir el dolor, prevenir el daño dental permanente, disminuir el rechinamiento lo más que se pueda, restaurar la función y movilidad de la ATM y columna cervical, normalizar el tono muscular, mejorar la alineación corporal y reeducar en una correcta higiene postural.

En Clínica VASS el tratamiento del Bruxismo siempre está adaptado a cada paciente concreto, pero algunas de las técnicas usadas para tratar esta disfunción pueden implicar:

  • Aparatología (fisioterapia): ultrasonido, electroterapia (TENS), microondas, láser, etc.
  • Vendaje Neuromuscular.
  • Rectificación estructural y craneal (osteopatía).
  • Tratamiento del dolor miofascial.
  • Punción seca.
  • Relajación y estiramiento de los tejidos blandos.
  • Movilización articular y de tejidos.
  • Ejercicios de facilitación neuromuscular propioceptiva.
  • Terapia miofuncional (para ayudar al desarrollo de una oclusión normal).
  • Tratamiento de las zonas contracturadas en el cráneo, cara, mandíbula, cuello, espalda, etc.
  • Reeducación postural global y recomendaciones higiénicas para no generar más tensión en la zona.
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